domingo, diciembre 06, 2009

Cruz azul en la final

Muy buenas tardes en Queretaro, pues ayer por la tarde noche hubo un partido clave para el Cruz Azul.
Empezo perdiendo 1-0 con gol del ex-compa sabah al minuto 49.


Aquí la crónica.



Cruz Azul se ha paseado en sus series finales sobre una espada larga de dos filos. Ha dejado lucirse a sus rivales, Puebla y Morelia, tomar la pelota y hacer su juego, y vino de atrás en ambas ocasiones. Incluso contra Monarcas dejó pasar 159 minutos para aplicarse a fondo y aún así, caminando sobre el peligro, es finalista del Apertura 2009.
Esta máquina necesita sentir un puño en el rostro, el pasto entre los dientes, provocación, para mostrarse pleno y como es.
Y su poder, su futbol suficiente y altivo, le ha dado para ello.
Monarcas es un equipo intenso, que basa su accionar en su medio campo con Droguett, Wilson Tiago y Aldo Leao, que dominó la pelota en la serie, pero que le faltó olfato asesino.
Cruz Azul es poderoso al grado de ser confiado. Tomás Boy entendió perfectamente que para hacerle daño a un equipo de Enrique Meza hay que quitarle el balón y eso hizo en prácticamente toda la serie.
Tuvo la pelota, pero no el gol. Tuvo el dominio de la intensidad, pero nunca de la situación.
La tarde del sábado en el Azul el medio campo de Morelia, en la primera mitad, fue más que el de Cruz Azul. Coparon espacios, buscaron los huecos y generaron peligro en el arco de Corona. Tuvieron un par de chances por medio de Sabah y alguna más a través de Wilson Tiago, pero ninguna con demasiada claridad.
En eso estaban, con el dominio de Monarcas, cuando Joel Huiqui en el suelo le quitó con la mano un balón a Tiago que disparaba franco al arco de Corona, pero Paul Delgadillo, el árbitro del encuentro, no se percató de la acción.
Pero Enrique Meza sabe jugar Liguillas y decidió quitar su línea de tres defensas centrales y añadir un delantero con el cambio de Domínguez por Orozco y el juego se emparejó. Quitó presión en la última parte del campo despejando la zona y su equipo tuvo espacios para salir.
Entonces, Villa tuvo un par de oportunidades, dos remates de cabeza que salieron débiles y encima del arco.
Pero el inicio del segundo tiempo les tenía una sopresa, sólo empezar, a los 49 minutos, Luis Gabriel Rey dio un servicio a Sabah y éste disparó al fondo de las redes.
Unos minutos después, Hugo Droguett estrelló un balón en el poste y el destino de Monarcas quedó sellado.
Y Cruz Azul, cual perro de pelea al que le dan a oler a su rival antes del combate, que le tientan, por fin enseñó los dientes.
Enrique Meza sacó a Chávez e ingresó a Alejandro Castro en la defensiva y  a los 59', ambos cambios le dieron resultado al 'Ojitos', Castro por derecha sirvió al dedillo un centro en el área de Monarcas y Javier Orozco de cabeza empujó para igualar el marcador.
Como buen 'bull terrier', los azules tenían que destrozar al rival antes de soltarlo. A los 65', en un tiro libre, Emanuel Villa, el goleador del torneo, por fin se estrenó en la Liguilla. Disparó raso, la defensa brincó, el balón pegó en el poste derecho, rebotó en Fernando Salazar y se metió en el arco.
Un gol de efecto, una maza en el ánimo de Morelia, a diferencia del Cruz Azul, se desplomó con la diferencia en su contra.
Fue una cuestión de goles y resistencia a la frustración, de poder anímico. Y uno lo tuvo, Cruz Azul, y al otro, Monarcas, se le hizo esquivo.



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